Crítica al reduccionismo fisicalista del origen de la vida
1. Aspectos Cuánticos de la Vida
Bajo
el título Quantum aspects of life [1] un
grupo de físicos y bioquímicos se plantean si, más allá de la naturaleza
mecano-cuántica que presenta el ámbito molecular, ciertas propiedades cuánticas de la materia tales como el
entrelazamiento (entanglement), el
efecto túnel, el espín intrínseco, etc. fueron imprescindibles y determinantes
para el origen de la vida.
El libro presenta argumentos a favor de la
especificidad cuántica de la vida a través de la exploración de las relaciones
entre los mecanismos cuánticos de la biología, las evidencias biológicas de la
presencia del fenómeno cuántico y las novedosas propuestas que la computación
cuántica ofrece al problema de la vida artificial.
A pesar de la aparente heterogeneidad de los
distintos capítulos, el contenido de todo el libro se articular entorno al
origen de la vida. En las próximas líneas expondremos de forma sucinta los
argumentos esgrimidos por los autores a favor de este proyecto de investigación.
Paul W.C. Davis es continuador de la visión
tradicional, sostenida por los padres de la física cuántica como Heisenberg,
Bohr, Wigner y Schröringuer, sobre lo que denomina “efectos no triviales” de la
mecánica cuántica en la biogénesis. Lo
que el autor entiende por “trivial” es la importancia de la física cuántica
para dar cuenta de la estructura molecular y de la afinidad química que
condiciona la función celular. La hipótesis central que defiende Davies es que
la mecánica cuántica permitió la emergencia
de la vida desde el nivel atómico sin la intermediación de la química compleja:
“The
philosophical position that underpins my hipothesis is that the secret of life
lies not with its complexity per se, still less with the stuff of which it
composed, but with its remarkable information processing and the replication
abilities.”[2]
Para sostener su propuesta, el autor adopta una
definición operativa de vida donde entiende que todos los organismos vivos
serían procesadores de información:
“…They
store genetic data base and replicate it, with occasional errors, thus
providing the basis for natural selection.”
Mediante la analogía con el ordenador, separa
la química de las biomoléculas, próxima a la idea dehardware, de la información, que correspondería al software. Las teorías biogénicas
actuales nos describirían la transición de lo no viviente hacia lo viviente
sólo en términos del hardware y el autor propone un cambio conceptual del
proceso si enfocamos el problema de la biogénesis desde el punto de vista del
procesamiento de la información (software).
Si una de las características de la vida es su
capacidad de reproducción, la cualidad que discrimina el comienzo de la vida es
la replicación de la información. Este enfoque del origen de la vida se conoce
como el mundo del RNA (fig.1). Para este modelo, los átomos formaron
nucleótidos que se ensamblarían aleatoriamente aumentando de complejidad hasta
la formación de una molécula autorreplicativa del tipo del RNA: capaz de
realizar las funciones de las proteinas y
autorreplicarse.
En este sentido, las nuevas teorías de la computación
cuántica, gracias a los fenómenos cuánticos del entrelazamiento y la
superposición de estados[3],
nos aumentan de forma inusitada la velocidad de procesamiento de la
información. Aunque las moléculas de RNA y DNA son replicadores “clásicos” de
la información, Davies especula con la
posibilidad de que en ciertas circunstancias, como en la emergencia de la vida,las
moléculas de la vida presentaran comportamientos cuánticos (fig.2). Entiende
nuestro autor quelos fenómenos cuánticos que encierran ciertos procesos
celulares, como los presentes en la fotosíntesis, serían “restos del origen
cuántico de la vida” más que productos de su evolución[4].
3)
Replicación clásica
|
2)
Colapso al mundo clásico
|
1) Superposición
cuántica
|
Fig. 2.-El mundo del RNA cuántico
Como se desprende de lo dicho, la naturaleza
cuántica de ese “Primer Replicador” posibilitaría la vida, cuya emergencia
destruiría los efectos cuánticos en casi todos los procesos salvo en determinadas excepciones[5].
En este punto las tesis de Davies entroncan con todas las líneas experimentales
que desde la física cuántica intentan explicar las condiciones y propiedades de
este primer replicador. La cuestión determinante respondería a cómo se formó
mediante síntesis abiótica la primera estructura autorreplicativa y cuál sería
el papel que en esa estructura jugaría la mecánica cuántica.
Para el bioquímico JohnjoeMcfadden y el físico
Jim Al-Khalili[6] parece obvio que las
estructuras vivas más simples son muy complejas. Éste es el caso del micoplasmacuyo
tamaño genómico es de medio millón de pares de bases. Incluso las estructuras
biológicas parasitarias como los virus o la Neoarchaeumequitansson
demasiado complejos para haber surgido espontáneamente de la sopa abiótica
primordial. Estos dos investigadores apoyan la tesis de que es necesario tener
en cuenta estructuras más pequeñas que puedan realizar las funciones de
almacenar la información y catalizar las reacciones bioquímicas.
Este primer “gen” y, a la vez, primera molécula
catalizadora podría haber sido un tipo de RNA capaz de catalizar la formación
de moléculas de RNA con idéntica secuencia. Estas moléculas autorreplicantes
sufrirían variaciones aleatorias y esas
variantes de RNA entrarían en “competencia” por los nucleótidos de tal suerte
que las moléculas más eficaces saldrían potenciadas. De la misma manera, estas
moléculas podrían catalizar la concentración de aminoácidos para formar
péptidos. El tándem RNA-péptido se sometería a la evolución molecular descrita
de forma que algunas moléculas se especializarían en la conservación de la
información (DNA), mientras el RNA daría paso a las proteínas que con el tiempo
desempeñarían eficazmente la función de catalizar. Esta hipótesis se conoce
como “el mundo del RNA”.
Uno de los candidatos a primer replicador sería
el ribosoma: una biomolécula muy compleja y difícil de sintetizar cuya
estructura mínima autorreplicativa consiste en 165 bases que suponen diez veces
el tamaño máximo sintetizado en laboratorio. Es justamente esta baja
probabilidad de formación espontánea mediante procesos aleatorios en la sopa
primordial la que sugiere a Mcfadden y Al-Khalili la necesidad de la gran
capacidad de computación de la mecánica cuántica:
“The problem
is a search problem. The self-replicator is likely to be only one or few
structures in a vast space of possible structures. The problem is that random
search (essentially thermodynamic processes) is far too inefficient to find a
self-replicator in any feasible period of time.”[7]
Es decir, coinciden con la opinión de Davies y
otros investigadores que enfocan el problema de la vida desde el punto de vista
del almacenaje y tratamiento de la información. En palabras de Davies:
“I am defining ‘life’ as a certain
special state of low probability. Quantum mechanics enable the space of
possibilities to be much more efficiently explored than a stochastic classical
system”[8]
En este punto la simulación computacional clásica,
como el programa Tierra[9],
parece mostrar la incapacidad de la formación espontánea de estructuras autorreplicativas,
si bien están a la orden del día la facilidad que presentan algunos programas
autorreplicativos generados artificialmente (virus informáticos) para infectar
la Red.
Para salvar la necesidad de velocidad de
computación, los autores proponen un modelo de proto-autorreplicador que va más
allá de ser una estructura que mediante mutaciones y exploración de su entorno
químico consiga la estructura correcta del RNA primigenio o de los péptidos, ya
que este proceso requeriría de cientos de millones de años para conseguir la
emergencia de la primera estructura autorreplicativa.
Fig. 3.- Computación Cuántica y origen de la
vida
Mcfadden y Al-Khalili proponen que una
biblioteca de estructuras moleculares de la sopa primordial sea dinámica y combinatoria
que permita la construcción de bloques
mediante la interconversión de
las estructuras químicas constituyentes de la biblioteca. Por supuesto, el
mecanismo dinámico no sería solamente
clásico (reacciones químicas reversibles) sino
que se le añadiría la exploración cuántica (fig.3).
El mecanismo cuántico estaría fundamentado en
el efecto túnel que en química se conoce como tautomerización. En la física
clásica se sabe que para que un patinador logre superar la cima de una cuesta
debe llevar una velocidad suficiente para que su energía cinética asociada le
permita alcanzar la altura de la de la cuesta. Es decir, de acuerdo con la
física clásica, si la energía de una partícula es inferior que la altura de
cierta barrera de energía potencial, no hay forma de traspasar dicha barrera de
potencial (fig. 4).
Fig.
4Efecto tunel Fig.
5 Efecto túnel protón-protón
En el mundo cuántico, el estado de la
partícula, pongamos un protón, viene representado matemáticamente por su
función de onda y ésta debe ser continua tanto a la entrada como a la salida de
la barrera de potencial. Esto significa que mostrará la posibilidad de
traspasar la barrera: éste es el denominado efecto túnel (fig.2). En la tautomerización, el movimiento de los
protones mediante efecto túnel altera las bases de los nucleótidos de tal
suerte que quedan compuestas de una mezcla de formas tautoméricas. Así pues,
cada base molecular existe como
superposición de varias formas tautoméricas ligadas mediante efecto túnel
protónico.
“Podemos imaginar nuestro
caldo primordial cuya biblioteca combinatoria dinámica se compone de muchas
moléculas de un único componente que
puede existir como superposición cuántica de muchos estados tautoméricos
simultáneos[…] Si se puede forma tal superposición cuántica de todos los posibles estados
en la biblioteca combinatoria antes de que tenga lugar la decoherencia,
entonces ésta es la forma más eficiente de buscar el estado correcto: el de un
replicador simple”[10]
Dos son los mecanismos principales de esta
propuesta:
- § El mantenimiento de la coherencia de la superposición de estados cuánticos, pues la interacción del estado con el entorno destruye con suma facilidad el delicado estado de superposición.
- § La teleología subyacente al problema del mecanismo que “elige” al replicador molecular como estructura final.
Mcfadden y Al-Khalili solucionan la transición cuántico-clásico
mediante el conocido efecto cuántico selectivo de la medida denominado “acto
irreversible de amplificación” por el cual, una vez que el escrutinio del
estado molecular pasa por el del replicador éste se hace macroscópicamente
distinguible debido a su fuerte interacción con el entornoque induce la
decoherencia cuántica de forma fulminante convirtiéndole en replicador
“clásico” dando paso hacia la replicación química con el entorno.
No obstante queda pendiente cómo mantener la
coherencia del estado de superposición cuántico el mayor tiempo posible para
que la computación cuántica, es decir la exploración de los numerosos estados
cuánticos posibles, tenga tiempo a escala biológica de pasar por el estado del
replicador antes de ser destruida.
Es posible evitar la decoherencia mediante
varias técnicas: bajando la temperatura de la muestra molecular, manteniendo
aislada la muestra del entorno – mediante apantallamiento molecular- o mediante el efecto conocido como “espacios
libres de decoherencia”.
Éste último caso corresponde a aquellos estados que han sido construidos
computacionalmente para no ser alterados por el acoplamiento con el entorno: el
fuerte acoplamiento con el entorno de ciertos grados de libertad del sistema que provoca de forma sorprendente la
“congelación” del resto de los grados de libertad, el denominado efecto Zenón,
permitiendo el mantenimiento de la superposición coherente e incluso la
persistencia de la cualidad cuántica del entrelazamiento.
No obstante, como es bien sabido, la emergencia
del “mundo clásico” del mecanismo de
decoherencia no lleva a resultados definidos[11].
Por tanto, queda por definir el puente entre estos estados intermedios
denominados cuasiclásicos y la clasicalidad.
A lo largo de esta exposición se evidencia la
importancia de la computación cuántica y la simulación automática como vía
exploratoria para resolver el problema de la emergencia de la vida. En
este sentido se desarrollan los
proyectos de investigación tales como los Juegos de la Vida, que proponen
simulaciones de autómatas celulares dispuestos en series simples que bajo
ciertas condiciones de contorno muestran comportamientos complejos. Sirva como
ejemplo el modelo bidimensionalcuadrupolar que requiere cuatro ítems: la
dimensión de la muestra, el número de estados posibles para cada célula, el
número de células finito que acotan cada unidad celular y las reglas de
transición del autómata [12]. Por
supuesto, la computación y algorítmica de las simulaciones es completamente
clásica aunque actualmente se proponen modelos semi-cuánticos muy alejados
de las investigaciones pioneras
realizadas por Feymann (1982) y
continuadas por Grözzing y Zeilinger (1986).
Estos modelos de autómatas celulares cuánticos explotan la idea de que
en ausencia de medida el sistema de células “vivo” está formado por la
superposición de los estados de las células vecinas, tanto “vivas” como
“muertas”, todas representadas por osciladores clásicos con un determinado
periodo, amplitudes entre cero y uno y fase variable. Este sistema muestra
propiedades cuánticas básicas como la interferencia, descubre nuevas características
de la complejidad del sistema y formula de manera más simplificada
computacionalmente las propiedades complejas de los modelos clásicos.
De la misma orientación es la propuesta de la
denominada Q-vida, autorreplicadores cuánticos basados en la orientación del espín
electrónico y que pueden presentarse en forma de materia condensada a baja
temperatura tanto en la corteza helada de cometas y planetoides como en el
polvo interestelar donde la astrofísica molecular ha identificado una rica
variedad de moléculas orgánicas.
La búsqueda de esteprimer replicador
simplesigue siendo un mundo por explorar pero la hipótesis cuántica se apoya
cada vez más en las evidenciasbiológicasde las últimas investigaciones que
demuestran la capacidad de ciertas estructuras orgánicas para mantener la
superposición de estados, la importancia
del efecto túnel cuántico de electrones y protones para explicar innumerables
reacciones enzimáticas y la interpretación de los mecanismos moleculares en
términos de metabolismo cuántico.
La emergencia de la complejidad del mundo
orgánico puede tener una explicación plausible
en términos cuánticos gracias a la discontinuidad y la probabilidad o
aleatoriedad inherente a los fenómenos
cuánticos (fluctuaciones cuánticas). Según Seth Lloyd[13],
los diferentes niveles de complejidad como el de las reacciones químicas y la
vida exploran las distintas posibilidades permitidas por las leyes físicas. La
base de estos fenómenos surge de “accidentes mecanocuánticos” que son
procesados por el poder computacional del universo. En palabras de Lloyd:
“…,quantum mechanics then adds the
variety that is the proverbial spice of life. The result is what we see around
us.”[14]
2. Cuestiones ontológicas
y epistemológicas
Varios son los problemas filosóficos que
suscita la propuesta cuántica sobre el origen de la vida. Analizaremos de forma
sucinta la ontología que soporta su propuesta y posteriormente nos adentraremos
en los problemas epistemológicos relacionados con su proyecto de investigación.
Sin lugar a dudas, podemos decir que desde el
punto de vista filosófico los distintos autores fundamentan su ciencia en una
ontología materialista donde se aprecia una clara orientación sistémica, ya que
las cosas que forman parte de su metafísica están compuestas de otras cosas de
forma estructurada, definida y cohesiva, diferenciando tres niveles jerarquizados: el
físico, el químico y el biológico. El energetismo que parece estar detrás de la
propuesta estudiada no es de raíz ontológicasino epistemológica, como parece
derivarse de un enfoquesolidario a los partidarios del Qbism[15],
aunque sería preciso que los autores se comprometieran con una interpretación
de la mecánica cuántica para poder fijar posiciones. Por lo expuesto en el
segundo punto de este trabajo, la propiedad de “vida” de la cosa es resultante
y no emergente pues utiliza como característica de la vida su capacidad de
“replicación de la información” y sabemos que esta propiedad la contienen de
forma parcial los componentes de la cosa. Podemos así afirmar que la emergencia
es de carácter epistemológicopues los niveles superiores pueden explicarse y
predecirse partiendo del nivel físico, lo que apunta hacia un reduccionismo de
corte ontológico.
También podemos
calificar su orientación metafísica como
dinámica, evolucionista y determinista en un sentido amplio nomológico, es
decir sometida a leyes.
En todos los autores se aprecia una tendencia a
la reificación, por ejemplotoman como cosas las relaciones propuestas para las
distintas bibliotecas combinatorias dinámicas, las propiedades como la
tautomerización, etc. Sin duda, se debe a la tendencia de los físicos a
cosificar los constructos teóricos de la mecánica cuántica.
Es normal encontrar en los distintos artículos
enunciados metafísicamente mal formados que se entienden como hábitos del
lenguaje pero que llegan a ser fuente de confusión. Este es el
casodelreplicador:
“The
self-replicator is likely to be only one or few structures in a vast space of
possible structures”[16]
Si el autorreplicador es una cosa entonces no
puede ser un constructo ficticio.
De la
misma forma los autores al explicar los fenómenos utilizan mecanismos y
procesos que olvidan que no poseen existencia fuera de las cosas confundiendo
lo que es pura abstracción con la tesis ontológica que deja en segundo plano
las cosas para primar los eventos o los procesos.
Una de las cuestiones más difíciles de dilucidar
en todos los autores es la naturaleza de la causalidad. La causación en
biología[17]puede presentar dos
orientaciones desde arriba abajo, es decir desde el nivel superior de jerarquía
al inferiory desde el nivel inferior al superior (e.g. el primero desde la conciencia a los
átomos y el segundo al contrario). La orientación desde el nivel físico-químico
al biológico sostenida por los autores es típica del reduccionismo pues tanto
las propiedades como las leyes del sistema en el nivel biológico son determinadas por las propiedades y las
leyes de sus componentes. No obstante la orientación descendente o aristotélica
en el que el todo determina las partes parece estar detrás de los resultados de
su propuesta. Sin embargo, siguiendo a Mahner y Bunge[18],
para los que no existen causas materiales ni formales, lo que se presenta en
este caso son relaciones funcionales entre propiedades y leyes en los distintos
niveles. La propuesta teórica del origen cuántico de la vida no es causal en el
sentido de causa eficiente pues la causa estricta no es estocástica.
Una de las preocupaciones más importantes de
los autores es evitar la teleología en la selección del replicador. Se presenta
como un problema a salvar desde el primer momento:
“There
seems to be an unavoidable teleological component involve: the system somehow
‘selects’ life front the vastly greater numbers of states that are nonliving.”[19]
Davies deja abierta la puerta a la posibilidad
de una causa final. Sin embargo, Mcfadden y Kahlili quitan relevancia a la
presunta teleología:
“…an
element of teleology is required; namely that the molecule must somehow know beforehand
what is aiming for. We do not believe this is necessary (as we argue below)”[20]
Los conceptos de azar y probabilidad están
estrechamente relacionados con el problema de la causalidad entendida al modo
de la física. Los autores parecen decantarse por una interpretación objetiva propensionista
de la probabilidad acorde con algunas interpretaciones de la mecánica cuántica.
Una de las cuestiones centrales de la propuesta
cuántica sobre el origen de la vida es la propia definición de vida que
utilizan los autores. Por un lado como dijimos más arriba, entienden la vida
como un proceso:
“I’m
defining ‘life’ as a certain special state of low probability.”[21]
“The philosophical position that
underpins my hypothesis is that the secret of life lies not with its complexity
per se, still less with the stuff of which is composed, but with is remarkable
information processing and replication abilities.”[22]
“Apparently, all that is required
for proto-life is the existence of physical systems that reproduce themselves
with variations. As much as one might like to set other requirements for the
origin of life, reproduction and variation seem to suffice”[23]
Las respuestas a la pregunta ¿qué es la vida?,
su naturaleza y propiedades es un problema ontológico-científico que actualmente
se ha convertido en un tema candente de primera magnitud.[24]
Los autores no definen la vida, realmente nos aportan una propiedad intrínseca
de lo que ellos entienden por estar vivo. Esta propiedad emergente a veces la
presentan como fuerte, este es el caso de Davies en la propuesta de la Q-vida,
donde la potencialidad causal desde las estructuras vivas hacia las no vivas
son irreductibles:
“The
starting point of my hypothesis is the existence of a quantum replicator, a
quantum system that can copy information with few errors […] Quantum replicatorscertainlyexist in Nature.”[25]
No obstante, la vida es tratada como el caso
paradigmático de una forma dinámica de emergencia “débil”[26],
pues las propiedades macroscópicas son impredecibles y no se pueden derivar
salvo mediante la observación del proceso o de la simulación.
Esta última observación nos impele a tratar la
visión sobre la vida de estos autores como un mecanicismo de “doble vía” que
depende de cada propuesta. Por un lado es evidente que defienden elfisicoquimicalismo,
donde los organismos son sistemas fisicoquímicos complejos sin leyes propias. Por
otro lado presentan una renovada versión del maquinismo en la línea de la
tradición cartesiana y de la Mettrie: la vida y los organismos se presentan
como máquinas de computación distinguiendo el hardware del software.Esta
descripción cuadra con la idea de autómatas replicantes dentro del proyecto de
vida artificial y en algunos casos con la idea de que “la biología no sólo es
como la ingeniería; es ingeniería”.[27]
Esta última cuestión enlaza con la propuesta
reduccionista de los autores. Paul Davies se declara en la línea de las ideas de Kauffman[28]
y propone que su modelo constituye una versión cuántica del concepto que
Kauffman defiende como sistema autocatalítico de moléculas. Las ideas de
Davies, Lloyd, Mcfadden y Al-Kahalili y las procedentes de los sistemas de Q-vida
computacional se adaptan a la propuesta de que:
“…en
ausencia de la selección el sistema caerá en propiedades promedio bien
definidas […] los patrones de inferencia buscan explicar propiedades biológicas
localizándolas como elementos genéricos de un ensamblaje apropiado a través del
cual la evolución se mueve.”[29]
Así pues podemos decir que el problema de la
reducción tiene su precedente y origen en la propuesta de la síntesis kauffmiana. Obviamente, las fórmulas
puente de la reducción o principios puente residen en las hipótesis cuánticas
que defienden. La reducción conceptual y proposicional está presente en todos
los artículos, especialmente en el de Davies, que enuncia definiciones
reductivas como la Q-vida que parecen apuntar ala intención de reducir la
teoría molecular a la teoría cuántica aunque el intento no deja de
presentar soluciones reductivas de tipo
débil pues utiliza, además de los citada reducción de conceptos, hipótesis
auxiliares como:
“The
direction of information flow is bottom up”[30]
Opinamos que no se consigue una reducción de la
biología a las leyes de la física ni se aporta
un argumento nuevo al problema de la reducción con este programa de
investigación pues ni siquiera la física es reducible de forma fuerte a una
teoría básica como la de la mecánica cuántica, ya que incluso ésta, en su
versión bohriana, necesita de conceptos clásicos (masa, tiempo…), así como de hipótesis
sobre el mundo macrofísico.[31]
Así mismo, se puede notar en los autores una
tendencia al atomismo ontológico apoyada en elmicrorreducionismo, aunque, a nuestro entender, éste es sobre todo una
estrategia de investigación.
Si seguimos las ideas de reducción de Rosenberg [32]
el reduccionismo propuesto por los autores tiene fundamento metafísico y se caracteriza claramente por defender una
metodología explicativa o subsunción ascendente.
Juan Campos Quemada
Madrid, Año Internacional de la Astronomía 2009
Juan Campos Quemada
Madrid, Año Internacional de la Astronomía 2009
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Stryer, L. Bioquímica.
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[1]Davies, P.C.W. et al (Ed) Quantum aspects of
Life. Imperial College Press. London. 2008
|
[2]Idem. p.4
[3] Esta son
propiedades fundamentales de los sistemas cuánticos. La superposición de
estados nos dice que si un sistema cuántico puede ser representado por dos
estados del espacio de Hilbert, entonces su superposición o suma pesada de las
dos componentes también es un estado del sistema. Los estados entrelazados
corresponden a dos o más sistemas, de tal suerte que el estado del conjunto de
todos los sistemas no se puede expresar como producto de los estados
individuales. Para una introducción didáctica de la teoría cuántica y la
computación cuántica consultar: Casiniello, A. y Sánchez, J.L. “La realidad
Cuántica” Editorial Crítica, Madrid, 2012. Para un estudio pormenorizado ver
Nielsen M.A. y Chuang, IL. Quantum Computation and Quantum Information. Cambridge
UniversityPress, 2010
[4] Para una
información más detallada sobre esta cuestión consultar: Galindo, A. “Quanta y
vida”. Instituto de España, Madrid, 2011
[5] Ver nota 5.
[6]Idem. p.37
[7] Idem.p.39
[8]Idem. p.11
[10]Idem. p.42
[11] Adler, S.L. (2003) Whydecoherence has not solve the
measurement problem: A response to P.W. Anderson. Studies in History and
Philosophy of Modern Physics 34B, 135-142.
[13]Idem. P.29
[14]Idem. p.29
[15] Fuchs, C.A. Quantum
Mechanics as Quantum Information (and only a little more)arXiv:quant-ph/0205039
[16]Idem. p.39
[18] Idem.p.55
[19] Idem.p.11
[20] Idem.p.42
[21] Davies. Op.cit.
p.11
[22] Davies. Op.cit.
p.4
[23] Lloyd. Op.cit.
p.27
[24]Sarkar, S. (Ed). A companion to the Philisophy of
Biology. Blackwekk. Oxford. 2008
|
[25] Davies. Op.cit.
p.7
[26]Bedau. Op. cit
p.459
[27]Apud. Mahner, M.
y Bunge M., Op.cit. p.166
[28] Davies. p.12
[29]Apud. Pérez
Martínez, A. La obra de Stuart Kauffman. Aportaciones a la Biología del siglo
XXI. e implicaciones filosóficas. p.131
[30] Davies. Op.cit. p.5
[31]Mahner, M. Bunge, M. Op.cit p.140
[32]Rosenber. En
Sarkar, S. op. cit p.550-568
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